La Paz, nuestro futuro común

Por Jorge Freytter Franco

Seis décadas de conflicto armado interno hemos vivido las colombianas y los colombianos, hemos visto como surgieron durante las cuatro ultimas décadas un sin numero de grupos armados en rebelión contra el Estado de los cuales, solo las FARC-EP y en una poca medida, considero yo, la UC-ELN mantuvieron una lucha armada permanente a favor de una solución política al conflicto, una solución al problema de la tierra y a la antijurídica violencia extrema a la cual el Estado colombiano, con sus síntomas marcados de Estado fallido, sumido en la corrupción y en la intervención capitalista nos ha obligado a padecer.

Es cierto que este conflicto ha vivido varios intentos de resolución, intentos donde han sido los grupos rebeldes los que le han apostado en su gran mayoría, por una normalización política, porque se les reconozca su participación en la vida política del País. En ese sentido, en 1981 los diálogos y la ruta de la negociación comenzarían y de esa forma se extendieron en cuatro intentonas mas y no se llego a ningún lado, y creo que lo único malo es que siempre se ha hablado de negociación y no de entablar unas conversaciones hacia un bien común, que siempre ha sido la Paz con justicia social. Lo que realmente sucedió durante estas cuatro intentonas fue que los mas fortalecidos serian los grupos de paramilitares, narcotraficantes y de mercenarios auspiciados por acción o por omisión, por el Estado colombiano, dejándonos como resultado, la mayor crisis humanitaria y la guerra mas larga en Latinoamérica.

En total, la historia colombiana nos deja una no muy irrisoria suma de unos doscientos mil muertos, mas o menos, muchos mas que los menos que se piensan y es que eso no es normal, nunca ha sido normal que el ser humano que se dice pensante y sensible permita y se insensibilice frente a estos hechos. Y seguimos callando, aun así seguimos pensando de que la memoria de la violencia política comienza a partir de los pájaros o a partir del paramilitarismo o del narcotráfico, olvidándonos de que durante todo este tiempo en ningún momento de nuestra triste historia de tigres tristes, no ha habido justicia, ni paz, ni verdad, para los unos ni para los otros, para la izquierda, ni para la derecha y como ahora estamos en la era de la tercera dimensión, entonces cabe recordar que tampoco ha habido esto de la paz y de la justicia para los de arriba ni para los de abajo ni para los de al frente y mucho menos para los de al lado.

No nos importo nada el hecho de que conociéramos bien nuestra historia, porque si bien tengo claro, es que las colombianas y los colombianos conocemos de historia mucho mejor que otras personas en este planeta, en todo caso, hasta donde yo sabia así lo era, pero aun así antes de hacer caso omiso a los asesinatos de nuestros mejores lideres, se nos olvido la historia, la historia de cuando los pájaros pusieron su cuota de muertos junto con liberales y conservadores, cuando las familias Cárdenas y Baldeblanquez se unieron en una guerra sangrienta por toda la costa caribe colombiana, después llego la cuota de Pablo Escobar y la parte sangrienta de los castaño, luego los paramilitares y sus bloques narcotraficantes aliados con sectores de la política colombiana, se vislumbraron los Falsos positivos con su parte cruel, las victimas del Terrorismo de Estado, sin contar con los llantos que dejo la guerra entre el Estado y las fuerzas en rebelión y para sumarle a todo ese río nauseabundo y doloroso agregamos a la lista la intervención de mercenarios, militares y políticos extranjeros  todo por culpa de bananos, casas con inodoros enchapados en oro y la silicona.

Entonces creo que se hace necesario, que a partir de esa consciente recuperación histórica de hechos, se vislumbre un futuro escenario diferente por la memoria de la sangre derramada, por la memoria histórica de nuestros grandes lideres, porque las colombianas y los colombianos perdimos la oportunidad de gozar y de beneficiarnos con las ideas de Gaitán, Galán, Pizarro, Bateman, Jacobo Arenas, Cano, Gómez Hurtado, Camilo Torres, Bernardo Jaramillo, Pardo Leal, Jaime Garzón en fin tantas mentes brillantes, excelentes lumbreras políticas, vinieran de donde vinieran, pensaran lo que pensaran pero el común denominador era Colombia, la PAZ, la justicia social, el desarrollo humano sostenible y por culpa del maniqueísmo, no se nos dio la gana de escucharlos, preferimos irresponsablemente callarlos y creerles las mentiras a los extranjeros de que con ellos, de que con el mercado, de que la apertura, de que el consumo, de que el sueño americano, canadiense, europeo, de que había un mundo mejor en el capitalismo y en ese mundo nuestras mentes brillantes no cabían y terminamos asesinando a los que hasta ese entonces, eran nuestros mejores hombres y mujeres.

En la actualidad y con este contexto de guerra impuesta por el capitalismo salvaje, nos enfrentamos al compromiso de la Paz, de la normalización política, del fortalecimiento de la justicia y de la promoción de una cultura de Paz, donde se reconozca que esta, no es solo la ausencia de conflictos, que no es solo la dejación de las armas y la desmovilización porque no se trata de la terminación de la guerra, de la humillación, de vencedores y vencidos, no podemos entender los gestos de Paz, de dialogo, de la comandancia de las FARC como unos gestos de debilitamiento de esa organización, tampoco se puede creer que porque las FARC han disminuido en ataques a cuarteles o reducido secuestros, es porque ha habido presión del ejercito y porque esa organización se encuentra en su fase terminal, debemos mejor alegrarnos de que hoy día las condiciones son propicias para que por fin nos podamos las colombianas y los colombianos sentarnos, nos tomemos un tinto o un aguardiente o lo que queramos y comencemos a dialogar, a escucharnos lo que tenemos que decirnos y que por fin podamos quitarnos esa mordaza, esa venda de miedo, de rencor y comencemos a entendernos para la construcción de nuestro futuro común, sin la obsesión de que nuestros diferentes disfraces ideológicos son el freno que nos impide entendernos, así que es muy indispensable garantizar los derechos políticos, si queremos ahondar en una reconciliación y una Paz social efectiva y real.

Es cierto que cada proceso de paz es único, que no se pueden aplicar las recetas del Salvador o las de Irlanda o las del País Vasco en el conflicto colombiano, porque cada una de ellas ha sido importante pero son diferentes, por el contexto geopolítico, diferentes motivos, ideales y puntos divergentes e históricos. Pero podemos extraer datos y muchas recomendaciones, para continuar hacia el éxito en este camino de Paz. Unos de los puntos importantes es el de los prisioneros políticos, porque tanto al Estado colombiano como a la sociedad les toca aceptar que son acciones políticas las que los prisioneros realizaron, porque son acciones producto de la rebelión contra el Estado y no delitos comunes y eso, la comunidad internacional así lo entiende. de igual forma es importante que se tenga claro el hecho de la no repetición de los actos de violencia cometidas por las partes durante estas seis décadas, el del respeto por la diversidad política, social y cultural.

Kieran McEvoy profesor de Derecho y Justicia Transicional en la Universidad de Queen, Belfast, Irlanda. Comenta que ¨ Después de cada periodo de conflicto en Irlanda, y nos remontamos al siglo XVII, los presos siempre han sido liberados. Y a nivel internacional, eso es lo que pasa cuando tienes un proceso de paz: que los presos son excarcelados. Reconocer esa realidad requirió mucho diálogo, conversaciones entre políticos de ambas partes, también con la sociedad, pero llegó ¨.  Entonces es necesario pensar en una política penitenciaria más justa, que garantice la reinserción y el acercamiento de los presos, sin olvidar el marco legal y las consideraciones humanitarias para quienes están en condiciones delicadas de salud.

Así que ya es hora de sentar cabeza, de mirar hacia delante con la escucha, la comprensión, el entendimiento y con la luz que se nos abre con esta oportunidad de dialogo, para así iluminarle los caminos a esa esperanza que cada día encendemos y que nos mantiene creyendo cada día en un futuro mejor, en la Paz con justicia social, con libertades, con derechos y comenzar a pensar en construir lazos de comprensión, de respeto, de dialogo, de memoria. No se trata de hacer la Paz y borrón y de olvidarnos de los muertos, de el dolor, de perder la memoria, es ahora cuando comienza ese proceso hacia la reconciliación política y social.

Noam Chomsky sentencia que : “ A menos que los poderosos sean capaces de aprender a respetar la dignidad de las víctimas, las barreras irremontables permanecerán, y el mundo será dominado por la violencia, la crueldad y el amargo sufrimiento.” Así pues, sin el reconocimiento por parte de los poderosos, del Estado y sus agentes, de los para-políticos por el daño causado, no es posible una convivencia sana y respetuosa y la tan anhelada Paz correrá peligro.

Es inconcebible de que la única forma de reconciliarnos y de unirnos sea en un partido de futbol de la selección Colombia. Es posible que estamos creyendo ingenuamente, que todos los que asisten al Estadio metropolitano, son todos conservadores o simpatizantes de Uribe y su paramilitarismo ?, o de los liberales ? particularmente no creo eso, creo que ese día también la izquierda, la ultraizquierda, la derecha y la ultraderecha, así como el centro y los que en Política no son ni fu ni fa, viven y gozan con cada triunfo de ese país representado en nuestra selección de futbol, con los goles de Falcao y anteriormente con los pases y la melena piojosa del Pibe. En esa fiesta se unen todas y todos en Paz y entonces, porque cuando nos toca hablar de algo mas serio y trascendental como la Paz con justicia social, la conservación del medio ambiente, la educación publica o la salud, entonces ¿ Porque ahí si entramos en una apoteósica banalidad la cual nos lleva a desunimos y afilamos cuchillos, cargamos fusiles y asesinamos sin vacilación ?. Aun así, el Estado colombiano debe asumir la responsabilidad histórica en este conflicto, responsabilidades políticas y militares que llevaron al traste un conflicto que bien pudo resolverse hace muchos años con un poco de autodeterminación, de entender y educar al ciudadano del común. Es imprescindible que el ciudadano, ese que debe votar, ese que debe asumir su papel como ciudadano que tiene el poder de elegir el quien y el como se debe gobernar, se olvide del sancocho y de la camiseta y se acerque concientemente a votar y no esperar a que un sancocho o una camiseta le resuelvan sus problemas. Es necesario que todas y todos dejemos de ser pasajeros clandestinos en este bus de la historia Colombiana.

La marcha multitudinaria por la paz, los diálogos de paz con una guerrilla conciente unida y fortalecida políticamente, así como la presencia del Estado colombiano fortalecido, dispuesto y decidido a sentarse a dialogar sin mezquindad aparente ni recelos, hace pensar en que ha llegado el “ ya era hora”. El “ ya era hora de que nos sentáramos a dialogar”. El “ ahora si podemos acercarnos entre colombianas y colombianos ¨ despojados de la mascara del odio y la desconfianza y así comenzamos a pensar que por fin, vamos a poder conocernos, escucharnos, saber qué quiere cada uno de nosotros, qué desea, que sueña, qué sospecha, qué teme, que sufre y sobre todo, que opina.

Si se quiere construir y promover una cultura de paz, hay que saber que la Paz es un estación a donde debemos llegar, pero donde no se debe hablar de exigencias, de humillaciones, de culpas, ni siquiera de declaraciones bélicas sino de lo que todas y todos estaremos dispuestos a compartir, a proteger, es por eso que se necesita tener claro los riesgos que se asuman y comunicar las decisiones que se puedan tomar, aun si estas pueden ser incomodas. Entonces en Paz estaremos concientes de cuál es nuestra historia, de cual es nuestro futuro común, el futuro de cada uno y cada una, porque lo compartiremos, porque conjuntamente lo viviremos. Porque esta Paz, no tiene reversa.

Publicado el 23 abril, 2013 en Colombia, Internacional, MemorÏa de memoria y etiquetado en , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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